lunes, 14 de mayo de 2012


Fiesta: 11 de Agosto1193- † 1253    
lara, fundadora de la Orden de Damas Pobres de San Damián, nació en Asís, Italia, en 1193, trece años después que San Francisco. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso. Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor. Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella, siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día en su vida espiritual.
A los 18 años oyó predicar a San Francisco de Asís, conocido como ("el pobrecillo", él que perteneciendo a la familia más acaudalada de la ciudad, se desprendió de todos sus bienes). Le convencieron las palabras y el ejemplo del Santo, por lo que Clara, hija también de una acaudalada familia, renunció a todos sus bienes y acompañada de su tía Blanca se dirigió a San Francisco de Asís en busca de consejo.

Siguiendo la indicación del Santo se retiró al convento de las benedictinas de San Pablo. Pero no tardó su padre en ir a verla una y otra vez para que aceptase casarse con un noble de la ciudad. Volvió Clara a pedirle consejo al Santo, y éste le asignó para ella, su tía Blanca y su hermana Inés, una casa rústica cerca de la capilla de San Damián, a la que pronto acudieron muchas otras jóvenes atraídas por la forma de vida de estas mujeres y por la dirección espiritual de San Francisco. La casa se les quedó pequeña y tuvieron que construir un monasterio. Así es como nació la orden religiosa de las Clarisas o Damas pobres, llamadas también Franciscanas. Fue la singular filosofía y estilo de vida de San Francisco de Asís lo que atrajo tanto a hombres como mujeres a vivir el cristianismo de una manera más profunda. Santa Clara fue nombrada por San Francisco abadesa del monasterio de San Damián. Ésta lo dirigió con sabiduría, firmeza y caridad, de manera que dejó bien asentados los cimientos de una orden que crecería y se extendería por todo el mundo. Cuando en 1234 los ejércitos de Federico II asolaban el valle de Spoleto, Clara salió al encuentro de los soldados sin más defensa que la sagrada Eucaristía. Los soldados, viendo el valor de Clara y temerosos de incurrir en profanación, prefirieron pasar de largo de Asís.
Francisco y Clara se completaban en una bellísima armonía. Se amaron en libertad de corazón. Entre ellos existió la más bella unión moral que pueda imaginarse. Francisco era impresionable y a veces se abatía. Entonces Clara, por su serenidad y fortaleza femenina, era para Francisco como un refugio de seguridad. Francisco fue la inspiración para Clara y la lanzó a la aventura. Pero Clara tuvo a veces que confirmar a Francisco en su ideal. Discípula fidelísima y como madre invencible, le conforta.
El ejemplo de Santa Clara fue seguido por otras grandes mujeres que también llevaron su nombre.
En la Pascua de 1253 cae enferma en la iglesia de San Damián de Asís. La visita Inocencio IV, de paso por Asís. Expiró el 11 de agosto de 1253, a los 60 años de edad y 41 años de ser religiosa. San Francisco ya había muerto, por lo que la esperaría para ofrendarla al Amor. Inocencio IV preside los funerales. Su sucesor Alejandro IV la canonizó dos años después, el 15 de agosto de 1255.

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