domingo, 6 de mayo de 2012

Nada posee Clara



 I
Nada posee Clara,
nada le pertenece;
como lirio del huerto
libre respira y crece.

Nada coge en su mano,

nada que aquí fenece;
pobre en la Cruz se abraza
con Cristo que padece.

Nada de lo que fluye

su párpado estremece;
Clara mira y escucha
al Verbo que acontece.
II
Nada nos espantaba,
nada nos detenía;
éramos cual guerreros
en batalla bravía.

Amador más amante,

más audaz en porfía
entre amadores no era;
nada nos reprimía.

Nada apagaba el fuego,

nada resplandecía
más claro que el amante;
nada nos contenía.
 
III
Clara virgen amable,
esposa enamorada,
dulce nos es tu nombre,
muy suave tu fragancia.

El gozo de la Cruz

danos, benigna hermana,
danos tu amor castísimo
y la pobreza santa.

Gloria al Hijo doliente

en la Cruz levantada,
gloria a Jesús excelso
en la paz de la patria. 
Amén.

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